Sus tres locales comerciales, siempre estuvieron ubicados en la Avenida Belgrano, siendo la arteria principal de la ciudad, estando instalados a pocos metros de la Estancia Jesuítica Museo del Virrey Liniers. Su primer local comercial estuvo ubicado en Av. Belgrano 83 “Foto Rose”, el segundo local en Av. Belgrano 251 “Foto Rose”, y con el paso del tiempo la sociedad familiar decide disolverse. Victorio abre su comercio de fotografía “Foto Pujia”, ubicado en Av. Belgrano 141, en compañía de Nora, su mujer. El mismo estuvo abierto hasta el año 1993, cinco años después del cierre definitivo de “Foto Rose”, local comercial gestionado por José junto Elisa, su mujer, el cual estuvo activo hasta el año 1988.
Primer comercio de los años 30s
Realizaban la minuciosa labor artesanal del proceso de revelado en laboratorio, efectuando los procedimientos químicos y foto-químicos que conducían a la obtención de las fotografías. Dentro del universo analógico, vivenciaban diariamente esa íntima conexión entre el instante de presionar el botón de disparo de sus cámaras, y la incertidumbre de encontrarse con el resultado esperado. Inmersos en la rojiza penumbra del revelado fotográfico, dando lugar al azar y su constante encuentro entre la prueba y el error, conjugación que en aquellos tiempos era parte de los procesos de registro y revelado fotográfico
José Pujia en el estudio fotográfico.
Como fotógrafos profesionales y destacados comerciantes de la ciudad, ofrecían todo tipo de servicio. Realizando registros fotográficos para eventos sociales como bautizos, comuniones, fiestas de quince, casamientos, cumpleaños, actos políticos, egresos académicos, fiestas sociales, entre todo tipo de requerimiento fotográfico, como hasta del de fotografiar los procedimientos quirúrgicos complejos que se ejecutaban en el Hospital Regional de Alta Gracia.
Victorio Pujia realizando foto reportaje
Como dignos hijos de ebanista e inmigrantes, no podían dejar de lado ninguna oportunidad comercial ni el trabajo de la madera, realizando la de enmarcación de sus fotografías, brindando diferentes calidades de maderas, marcos, tamaños y terminaciones. Los Pujia lograban atender todas las demandas del rubro fotográfico. Desde la realización del registro fotográfico, el proceso de revelado, distintas variantes de ampliación y soporte, retoque directo en negativos, coloreado de fotografías blanco y negro, hasta el enmarcado final con paspartú.
José Pujia en el taller enmarca fotos.
La puerta de acceso al local comercial de los Pujia, era un clásico punto de encuentro para los sábados de bodas. Allí se reunían diferentes grupos de vecinos, que muy atentos, observaban a los novios que caminaban desde la Iglesia de la Merced hasta Foto Rose, para ingresar a su sesión fotográfica en el estudio de luz contínua. La semana siguiente de cada evento social, la vidriera de Foto Rose era nuevamente un punto de encuentro para los vecinos y comerciantes de la ciudad, ya que se exhibían las fotografías de los eventos de cada fin de semana, logrando ver en imagen las novedades de la ciudad como cumpleaños, nuevos matrimonios, festejos, invitados, personajes y sus vestimentas.
Catalina Pujia frente a la vidriera (junto a Liliana Pujia)
El equipo de fotógrafos estaba conformado por sus dos empleados, Antonio “Chiquito” Sanchez y Matías Ros, junto a José y Victorio Pujia. Luego de sus recorridos fotográficos semanales, al llegar el fin de semana, realizaban el clásico registro de bodas, teniendo entre dos y un máximo de nueve bodas. Era toda una gran logística la que realizaban, logrando coordinar los horarios y tiempos para visitar cada salón de fiestas o vivienda. En motocicleta, automóvil y hasta en sulqui, dependiendo del estado del tiempo y del camino, lograban llegar siempre a destino.
Chiquito Sanchez registrando una colación.
En la época de gran movimiento turístico de Alta Gracia, los Pujia recibían en Plaza Manuel Solares, frente a la Estancia Jesuítica, contingentes de turistas que recorrían los valles serranos, y llegaban a la ciudad. Al bajar de sus colectivos, entregaban los rollos fotográficos para ser revelados por la noche, y recibir sus fotografías reveladas al día siguiente. Victorio y José pasaban la noche trabajando en el laboratorio fotográfico, acompañados por el joven Víctor (hijo de Victorio), que asistía en las semanas de contingencia laboral. Miles de fotografías eran procesadas y reveladas en menos de 24 hs. en el laboratorio de revelado de Foto Pujia.
Turistas camino a Alta Gracia.
Luis Pujia comenzó esta tradición familiar de cien años como fotógrafos, desde el año mil novecientos veinte hasta la actualidad. Sebastián, nieto de José Pujia, ingresa a la carrera de fotografía en el año 2010 (Escuela Spilimbergo), y se desempeña como fotógrafo de moda, productos, eventos sociales y se especializa en el área periodística como Reportero Gráfico de ARGRA (Asociación de Reporteros Gráficos de la Repúlbica Argentina), trabajando como fotoperiodista para Diario Día a Día (La Voz del Interior).
Sebastián como Reportero Gráfico en la Redacción del Diario Día a Día, reclamando por "José Luis Cabezas".-
Si queremos recorrer en imágenes la historia de Alta Gracia, las transformaciones de su trama urbana, conocer su gente, el ritmo cotidiano de la ciudad que crecía, las personalidades que temporariamente se radicaron aquí, tenemos sin duda que referirnos a los hermanos Pujia. Hablar de la familia Pujia en Alta Gracia es hablar de la fotografía. Su nombre y trayectoria comercial de más de 50 años están indisolublemente relacionados con la historia de la sociedad, sus celebraciones, lo público y lo privado. La fotografía es una tradición familiar desde el año 1920 hasta la actualidad.
Encuentro inédito entre Manuel de Falla, Rafael Alberti, Paco Aguilar, familiares y amigos (Alta Gracia, 1945).